Blueprint for Men-Español

Día 06 - Corre Tu Carrera

Rudy Escobar

«Corre Tu Carrera, Concéntrate En Tu Misión». 

Este devocional TODO o NADA (All In) nos recuerda que la comparación es una trampa que roba la alegría y desvía la mirada del propósito. Usando la historia real de la carrera entre Roger Bannister y John Landy, ilustra cómo mirar hacia los lados —o hacia atrás— puede hacernos perder lo que Dios ha puesto frente a nosotros. Cada hombre tiene una carrera única que correr y una misión específica que cumplir; el objetivo no es competir, sino ser fiel al llamado. Cuando mantenemos los ojos fijos en Jesús, corremos con enfoque, perseverancia y libertad. Ser un hombre TODO o NADAsignifica dejar de compararse, mantenerse en el propio carril y vivir plenamente rendido a la misión que Dios ha diseñado para ti.

Día 06 - Corre Tu Carrera: Concéntrate en Tú Misión

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Bienvenidos al devocional “TODO o NADA” de hoy, que se titula «Corre Tu Carrera, Concéntrate En Tu Misión». 

 Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fijando nuestra mirada en Jesús, el pionero y perfeccionador de la fe - Hebreos 12:1, 2.

 La comparación es el ladrón de la alegría, dijo Teddy Roosevelt.

 En los Juegos del Imperio Británico de 1954, se desarrolló una carrera legendaria entre dos de los corredores de milla más rápidos de la historia: Roger Bannister y John Landy.

 Durante la mayor parte de la carrera, Landy mantuvo el liderazgo. Pero al entrar en la recta final, Landy hizo algo sutil, pero fatal: miró hacia atrás por encima del hombro para ver dónde estaba Bannister. Esa mirada de un segundo le costó todo. Bannister lo adelantó y ganó la carrera por una fracción de segundo.

 Después, Landy dijo la famosa frase: 

«Si no hubiera mirado atrás, habría ganado».

 Es una imagen de lo que hacen muchos hombres hoy en día.

 Apartamos la vista de la meta para ver cómo vamos. Comparamos. Miramos de reojo.

 Observamos el matrimonio, la vocación, el éxito o la posición de otra persona, y empezamos a desviarnos. Pero las Escrituras nos dicen que corramos la carrera que se nos ha marcado, no la de otra persona.

 Dios te ha dado una tarea específica. Una carrera que correr. Una misión que cumplir. Puede que no se parezca a la del hombre que está a tu lado, y esa es la cuestión. Tu trabajo no es competir con otros hombres, sino obedecer al Padre que te ha llamado a seguir adelante.

 “La comparación mata el llamado.”

 Cuando te centras en lo que hacen los demás, te robas la energía para terminar lo que se te ha encomendado. Empiezas a resentirte, a retroceder o a actuar de forma artificial. Y, en todo ello, tus ojos se apartan de Cristo y se fijan en los demás.

 Pero cuando tus ojos están fijos en Jesús, cuando Él se convierte en tu objetivo y tu recompensa, corres de forma diferente.

 No necesitas mirar a los lados, porque tu dirección es clara. No necesitas reducir la velocidad ni complacer a los demás, porque tu ritmo lo marca tu propósito.

 Correr tu carrera también significa honrar tu temporada.

 Quizás estés: criando a niños pequeños, recuperándote de heridas del pasado o comenzando una nueva aventura... Sea cual sea la temporada, la pregunta no es «¿Estoy adelantado o atrasado?». La verdadera pregunta es: «¿Soy fiel?».

 Los hombres que se entregan por completo no pierden el tiempo comparándose con los demás. Se mantienen en su carril, corren con fuerza y dejan los resultados en manos de Dios.

 El Reto De Hoy:

Dedica 15 minutos a escribir tres áreas en las que te sientes tentado a compararte con los demás.

 A continuación, pregúntate:

«¿Qué carrera me ha llamado Dios a correr hoy?».

 Elige un área en la que necesites pasar de la comparación al enfoque, y toma medidas al respecto.

 Cuando corres tu carrera con los ojos puestos en Jesús, encuentras tanto la paz como la fuerza para seguir adelante.

 Esto es lo que significa ser un hombre TODO o NADA: rendirse por completo, comprometerse por completo.

¡Sigue Figurando!

 Dios honra al hombre que se niega a dar marcha atrás.