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Día 09 -El Poder de la Disciplina

Rudy Escobar

El Poder de la Disciplina – Entrenando la Voluntad

Este devocional TODO o NADA (All In) nos enseña que la disciplina es el músculo espiritual que mantiene firme al hombre de Dios cuando la motivación desaparece. A través del ejemplo del atleta olímpico Dan Gable y las palabras del apóstol Pablo en 1 Corintios 9:27, se enfatiza que la excelencia no nace del talento, sino del entrenamiento constante, de la decisión diaria de elegir propósito sobre comodidad. La disciplina no busca perfección, sino consistencia; es morir cada día a lo fácil para vivir con propósito. Los hombres TODO o NADA no se guían por emociones, sino por convicción, construyendo una vida firme, ladrillo a ladrillo, bajo la gracia y el dominio propio que provienen de Dios.

Día 09 -El Poder de la Disciplina: Entrenando la Voluntad

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Bienvenido al devocional TODO o NADA. Hoy: El Poder de la Disciplina – Entrenando la Voluntad

 "Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que después de haber  predicado a otros, yo mismo quede descalificado."—  1 Corintios 9:27

 

Nunca estarás siempre motivado. Tienes que aprender a ser disciplinado. – Autor desconocido

 Cada mañana, en el crudo invierno de Pennsylvania y mucho antes del amanecer, el luchador olímpico Dan Gable se ponía los zapatos, tomaba una toalla y se dirigía solo al gimnasio.

 Sin cámaras, sin aplausos. Solo sudor y silencio. No entrenaba para impresionar a nadie. Entrenaba para ganar.

 Gable se convirtió en uno de los atletas más dominantes en la historia de la lucha amateur.

¿La razón?

No fue por talento inigualable,  sino por disciplina inigualable.

 Sus rivales a menudo tenían más habilidad natural, pero ninguno lo superaba en esfuerzo. Su vida se basaba en esta convicción:

La excelencia se forja en privado mucho  antes de ser recompensada en público.

 Como seguidores de Cristo, no entrenamos por medallas. Entrenamos por misión. Los hombres que marcan la diferencia en el Reino no son los más dotados. Son los más firmes, los más disciplinados, los más fieles.

 Pablo dijo en 1 Corintios 9 que disciplinaba su cuerpo como un atleta. Él sabía que el crecimiento espiritual no sucede por accidente. Requiere entrenamiento, no solo intención. Tu cuerpo, tu tiempo, tus pensamientos… Nada de eso se inclina naturalmente hacia Dios. Todo debe ser dirigido.

 La disciplina es elegir lo que más quieres por encima de lo que más deseas en el momento. Eso significa abrir la Palabra incluso cuando no tienes ganas. Levantarte para ir a la iglesia aunque sería más fácil quedarte dormido. Mantener tus ojos y pensamientos puros incluso cuando nadie te está viendo.

 ¿Por qué?

Porque no estás entrenando para  comodidad, estás entrenando para la guerra.

 Y aquí está la verdad:

La verdadera libertad no viene de hacer lo que quieres, sino de entrenar tu voluntad para obedecer a quien te creó.

La disciplina no significa perfección. Significa consistencia. Es morir cada día a la comodidad, para poder resucitar con propósito. Y con el tiempo, tus pequeñas decisiones se acumulan, y se convierten en un impulso imparable.

 Los hombres TODO o NADA no se dejan llevar por la vida. Construyen una vida de disciplina, ladrillo a ladrillo, día tras día, alimentados por la gracia y el coraje.

 Desafío Del Día:

¿Cuál es una área de tu vida —espiritual, física o relacional— que carece de disciplina?

Nómbrala.

Luego escribe una acción concreta que vas a tomar esta semana para entrenar tu voluntad en esa área.

 No esperes a estar motivado. Desarrolla el músculo. Empieza hoy.

 Cuando eliges la disciplina en lugar de la comodidad, dejas de derivar y comienzas a construir una vida que permanece.

 Esto es lo que significa ser un hombre TODO o NADA: Totalmente rendido. Totalmente comprometido.

 Sigue mostrándote.

 Dios honra al hombre que se niega a retroceder.