Blueprint for Men-Español

Day 13 -La Fuente de la Fuerza

Rudy Escobar

La Fuente de la Fuerza: Esperar en el Señor.

Este devocional TODO o NADA (All In) enseña que la verdadera fuerza no proviene de la prisa ni del esfuerzo humano, sino de aprender a esperar en el Señor. Inspirado en Isaías 40:31 y el ejemplo del general Eisenhower antes del Día D, nos recuerda que la victoria muchas veces llega no por actuar rápido, sino por tener la sabiduría de detenerse y confiar en el tiempo perfecto de Dios. Esperar no es inacción, es fe en movimiento. Es rendirse al ritmo divino y dejar que el Espíritu sea quien impulse nuestras alas. Los hombres TODO o NADA no miden su éxito por velocidad, sino por obediencia; no se agotan intentando controlar, sino que vuelan más alto al confiar plenamente. Esperar bien es fuerza sobrenatural en acción.

Day 13 -La Fuente de la Fuerza: Esperar en el Señor.

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Bienvenido al devocional Todo o Nada. Hoy hablamos de La Fuente de la Fuerza: Esperar en el Señor.

 “Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” - Isaías 40:31

 Charles Stanley dijo: El tiempo de espera no es tiempo perdido cuando esperas en el Señor.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos aliados se preparaban para una misión que cambiaría la historia: el Día D. Tropas, tanques y aviones se reunieron por miles, pero todo quedó en pausa debido al clima brutal. Horas se convirtieron en días, y la ansiedad crecía. La tentación de avanzar de todas formas era grande, pero el general Eisenhower se negó a apresurarse. 

Esperó, estudió los cielos, consultó con sus comandantes y observó hasta que llegó el momento que solo la paciencia y la sabiduría podían revelar. Finalmente, el 6 de junio de 1944, la ventana se abrió, se dio la orden y se lanzó la mayor invasión anfibia de la historia. La victoria vino no por la prisa, sino por la disciplina, la contención y la espera.

De manera similar, la Escritura nos enseña que la fuerza que Dios da no se encuentra en el esfuerzo frenético, sino en aprender a esperar bien. Esperar es uno de los mandatos más difíciles de la vida cristiana. Se siente como no hacer nada, como ser olvidado. Pero Isaías 40:31 cambia por completo esa idea: promete que los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas, no las perderán.

Seamos sinceros: como hombres queremos movernos, queremos momentum, queremos resolver problemas y no quedarnos quietos en ellos. Pero Dios no tiene prisa, y cuando insistimos en empujar en nuestro propio tiempo, terminamos exhaustos y espiritualmente vacíos.

Esperar no es debilidad, es adoración. Esperar es declarar: “Dios, no tomaré esto en mis propias manos. Creo que no llegas tarde. Creo que tu tiempo es perfecto.”

Las águilas no generan su propio impulso; esperan el viento. Y cuando llega, extienden sus alas y vuelan. De la misma manera, tú y yo no fuimos diseñados para agitar más fuerte, sino para ser llevados por el Espíritu de Dios.

Entonces, ¿cómo esperas bien? Permaneces arraigado en la Escritura, conectado a la comunidad y con la mirada puesta en Cristo. Recuerda: las demoras no son negaciones. Puede que Dios esté trabajando profundamente en tu carácter antes de abrir la puerta en tus circunstancias.

Los hombres Todo o Nada no se desesperan cuando las cosas no avanzan rápido. No persiguen lo llamativo ni ceden a la presión. Confían, oran y esperan, y cuando Dios dice “avanza”, están listos.

Desafío de Hoy
¿Dónde te sientes estancado ahora mismo? ¿En tu matrimonio, tu misión, tu identidad? Sé honesto. Luego entrega ese espacio a Dios en oración y di: “Señor, confío más en tu ritmo que en mis planes.” Escríbelo. Y esta semana, en lugar de intentar más fuerte, espera más profundo.

Cuando esperas en el Señor no pierdes fuerzas, ganas las que vuelan por encima del esfuerzo humano.

Esto es lo que significa ser un hombre Todo o Nada: totalmente rendido y totalmente comprometido.

Sigue mostrándote fiel.
Dios honra al hombre que se niega a retroceder.